Hoy quiero compartir con vosotros un post que escribí hace ya casi un año y que nunca llegué a publicar. Espero que os guste.
Desde hace ya unos años, concretamente desde que cumplí los 40, empecé a tener presbicia o lo que llaman “vista cansada”. En estos momentos, más de una década después, mi vista parece que está mucho más cansada… y por eso llevo un tiempo preguntándome ¿De qué se estaría cansando mi vista a los 40? ¿De ver qué cosas?
Tengo algunas respuestas a estas preguntas… pero sobre todo tengo nuevas preguntas gracias a ellas…
Una de ellas es, ¿Qué no estaba pudiendo ver, dada la vista que estaba teniendo? e incluso puedo decirlo en presente también ¿Qué no estoy pudiendo o queriendo ver todavía, dada la vista cansada -a veces agotada- que estoy teniendo en estos momentos?
Estas preguntas me han llevado a reveladores descubrimientos, en los que estoy “trabajando” (palabra que no me gusta nada, pero que de momento, de alguna manera, refleja lo que estoy haciendo). Y uno de ellos es: no estaba pudiendo ‘ver’ con claridad, la sabiduría de las emociones que me estaban visitando, para avisarme de cómo me estaba viviendo algunas situaciones de mi vida.
Es por esto que hace un tiempo me compré unas gafas albaemóticas.
¿Cómo son estas gafas?
Son unas gafas de uso exclusivo para la observación de humanos, del tipo progresivas, que permiten ver a tres distancias distintas, de lejos, de cerca y a media distancia.
Cuando miras de lejos, puedes distinguir la respiración de las seis emociones básicas de las que habla Alba Emoting (miedo, rabia, tristeza, alegría, ternura y erotismo). A media distancia, estas gafas permiten observar la postura, el grado de tensión o relajación muscular y el movimiento en el que está o al que se predispone el cuerpo de la persona observada. Y, de cerca, llegas a capturar la expresión facial, con muy buena ampliación para tener más finura a la hora de identificar los ojos y las distintas miradas de cada emoción, e incluso la forma de la boca que se dibuja en la cara de cada persona.
¿Qué maravilla, verdad?
En el último Taller inicial “Artesanía de las Emociones” las estrené, y el resultado ha sido fascinante…
Observo a las personas participantes y distingo tan claramente la impecabilidad o la confusión en la reproducción de los diferentes patrones efectores (respiratorios y posturo-faciales) de cada una de las seis emociones básicas y del step-out. Distingo también, con mucha nitidez, las mezclas de emociones que, simultáneamente, están apareciendo en escena en el mismo cuerpo, y además puedo distinguir en qué parte del cuerpo hacen su entrada… es apasionante!!
Ahora bien, cuando me saco las gafas puedo ver y escuchar otras cosas. Por ejemplo, las narrativas o historias que hay detrás de ese cuerpo y esa emoción, los juicios y declaraciones, los discursos culturales, familiares, de género,… también las posiciones existenciales, estados del yo, en qué tipo de transacciones y juegos psicológicos está acostumbrada a participar esa persona (fruto de mi formación en AT). Puedo observar, también, qué centro energético corporal puede estar involucrado en lo que estoy viendo, cuál de los 5 ritmos está habitándolo o cuál está necesitando ser visitado, etc.
Y muchas más cosas que a lo largo de mi vida he aprendido a distinguir…
Sin embargo, en los Talleres de Alba Emoting BCN, las reinas son las gafas albaemóticas, para aprender a observar desde allí.
¿Quieres probártelas? ¿Te gustaría aprender a ver con gafas albaemóticas?
Te esperamos en nuestros próximos Talleres!!!
Hasta el siguiente post!!!
Carme Tena
Que gran post Carma. Yo desde que me las puse, que las estrené contigo no consigo quitarlas, y son fantásticas. Y quiero seguir en el camino de la nitidez, la sabiduría de cada emoción y lo que me permite ahora, en próximos cursos.
Fantástico este post Carme. Un beso.
Genial Carme!!! en cuanto pueda me apunto a aprender esa mirada. Un fuerte abrazo
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