Cuaderno de Coaching Emocional 2 – “Cómo hacemos lo que hacemos”
Estos Cuadernos de Coaching Emocional están dentro del marco de nuestra investigación cualitativa que describe, explica y da sentido a sesiones individuales realizadas con clientes. Nuestro deseo es contribuir a que la teoría y la práctica estén cada vez más cerca y nuestra voluntad, inspirar el aprendizaje de otros.
Si, “hablar en primera persona” es una obsesión que tengo, no lo puedo remediar. Cada vez soy más clara y directa, y espero que también muy amorosa, en pedir que la gente hable en primera persona del singular (yo) o del plural si son un equipo o una pareja (nosotros o nosotras), cuando en los grupos y en las sesiones individuales, las personas hablan en segunda o tercer persona del singular o del plural (tú / vosotros o vosotras – él o ella / ellos o ellas) o en neutro.
– Claro, es que lo que pasa cuando se está con rabia y no se expresa, es que se acaba estallando y entonces se hace daño a los otros….
– Ya! ¿Y esto te pasa a ti o estás hablando en general de lo que le pasa a “la gente”?
– No… bueno… si, claro… a veces me pasa… pero en realidad lo que quería decir es que es bueno que sepamos “controlar” nuestras emociones, para que haya una buena comunicación y las relaciones de trabajo mejoren, porque no podemos…
– Espera, espera un momentito, Mabel… para poder seguirte bien… ¿hablas de “nosotros” porque te estás refiriendo al equipo de trabajo al que perteneces o porque es lo que dice la teoría que “debería ser”?
– No… bueno… si, claro… las dos cosas.
– Ok. Entonces, te invito a que a partir de ahora todo lo que digas sea en primera persona, hablando de ti, de lo que te pasa a ti, de lo que sientes tu, de lo que has vivido tu… ¿Te parece?
– Si, claro! Perfecto.
– Estupendo! Entonces, cuéntanos ¿cuál ha sido tu experiencia en la inmersión en la rabia?
– Como os estaba diciendo, cuando te metes en la rabia y te das cuenta que llevas mucho tiempo sin expresarla, tienes miedo de hacer daño a los demás…
– Mabel, ¿Y podrías decir esto en primera persona del singular? Algo así como: “cuando me he metido en la rabia, me he dado cuenta de que llevo mucho tiempo…”. Sigue tu, como quieras, con tus propias palabras…
– … … … Lo que me ha pasado es que cuando he entrado en la rabia a través de la respiración, me he dado cuenta de que llevo mucho tiempo tapándola y “controlándola”, sin expresarla, y me ha venido mucho miedo a hacerle daño a Julio… … … y lo he notado en el bloqueo de las rodillas, en la tensión en el pecho que se iba hacia atrás, en mi voz que no me salía y, sobre todo, en mis ojos que se han abierto como platos… … … cuando he empezado a sentir rabia, me ha venido mucho miedo…
Y justo después de hacer esta declaración, Mabel se quedó en silencio y empezaron a aguársele los ojos, y prácticamente al mismo tiempo se escucharon varios espontáneos y tiernos sonidos nasales, como el sonido de una “m” suave y larga, símbolo de que sus palabras nos habían llegado al alma, de que toda ella nos había tocado el corazón… seguramente porque habían sido palabras surgidas del alma y le habían tocado su propio corazón.
A menudo, en los talleres y en las sesiones individuales, nos encontramos con situaciones como ésta que acabo de relatar.
Parece sencillo, sin embargo no siempre es fácil hablar en primera persona, o no lo es para todo el mundo. Hablar en primera persona es un hábito y un compromiso. Es reconocer que “eso” que digo me está pasando a mí, que eso que digo es lo que he hecho yo o es lo que querría haber hecho y no he hecho, y que no es algo “que le pasa a la gente” o que “es lo que, en general, pasa cuando…”, aunque eso también sea cierto.
Hablar en primera persona es hacernos cargo de nuestros sentires y acciones. Es tomar nuestra responsabilidad (= habilidad para responder), y es un requisito indispensable para el aprendizaje transformacional y para una “buena gestión emocional”. Si, ponerle nombre y apropiarme de lo que estoy sintiendo, es un requisito indispensable para mi aprendizaje transformacional y para mi “buena gestión emocional”. Si.
Y como a veces el vernos en esa tesitura… tratando de hablar en primera persona y acabar hablando en tercera, segunda o quien sabe en qué persona, menos en la primera del singular… no es tan agradable, suelo usar el humor para aligerar el tema y, a la vez, no dejarlo pasar.
Particularmente el poder tomarme con humor mis resistencias a hablar en primera persona, utilizando el hablar “en teórico”, “en metáforas”, “en general” o “de los demás”, me ha servido mucho en mi aprendizaje en la vida… así que también lo practico con quienes aún y las invitaciones y ejemplos a tomar sus sentires como propios, en un momento dado no lo pueden hacen… teniendo todas las capacidades intelectuales y de comprensión de instrucciones para hacerlo.
Por ejemplo, si tienen más de treinta años… o quizás un poco menos, no se… una buena manera de reírnos juntos es recordar Barrio Sésamo… donde salían Epi y Blas, con aquellas voces tan inconfundibles, enseñándonos lo básico, en este caso serían el «Yo, Tu, Él, Nosotros, Vosotros y Ellos»… jajaja.
Si… si no podemos reírnos de nosotr@s mism@s, de nuestras resistencias y dificultades, si nos quedamos en el “Yo del ego”, no habrá ningún cambio transformacional, ningún cambio en nuestra forma de SER y, por lo tanto, en la gestión que hacemos de nuestras propias emociones: tendremos mucha información y poco aprendizaje. Así que ¡hablemos en primera persona! Hablemos con el “Yo del alma”, el yo de la conexión con nuestra propia experiencia, el yo de nuestro sentir personal, el yo de nuestra “verdad” genuina.
Y para cerrar, aquí os dejo un fragmento de un mítico capítulo de Barrio Sésamo: Dentro – Fuera.
Carme Tena
Co-fundadora con Elena Iborra de Alba Emoting BCN y co-facilitadora, con ella, de los espacios de aprendizaje emocional-transformacional
P.D.: Casualmente, el nombre de la sala en la que hicimos hace muy pocos días el último «Taller de Gestión emocional a través de Alba Emoting» en una empresa que forma parte de un Grupo Internacional de origen noruego, se llamaba «Compartir», y el slogan era «Colaboramos por el bien común«… Relacionándolo con lo que acabo de escribir, el «compartir» lo vinculo:
1. al «hablar en primera persona desde el alma», para que contribuya a inspirar no sólo el aprendizaje transformacional propio sino el del resto del grupo o equipo,
2. y también con lo que hacemos nosotras en estos Cuadernos de Coaching Emocional, poner nuestras experiencias al servicio de «colaborar por el bien común».
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