Alba Emoting BCN

Conversando con el lado físico de las Emociones

El patio de mi casa es emocional

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“Procura que el niño que fuiste no se avergüence nunca del adulto que eres” ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY.

Acabo de leer esta frase que ha publicado en twitter Borja Vilaseca. ¡Mmmm!.

¿Es vergüenza u orgullo lo que siente hoy mi niña, al ver la adulta en la que me he convertido?.  

Me pregunto primero por la niña que fui. Indagando, no puedo evitar encontrarme con lo más genuino de ella, sus emociones, formas de relacionarse con su mundo para crecer, crecer y seguir creciendo. ¿Cómo vivía sus emociones?.

Busco en sus emociones básicas, la rabia, el miedo, la alegría, la tristeza, la ternura y el erotismo. Según el método Alba Emoting TM  , estas emociones son el repertorio emocional básico disponible con el que venimos, biológicamente preparados.

Encuentro en el repertorio de mi niña pequeña, que…

  • El miedo aparecía ante los peligros, automático y veloz. Ponía a mi niña en alerta con los ojos bien abiertos, muy atenta. Y antes que el miedo se diera cuenta, ella, ya estaba escondida, protegida, debajo de la falda de su abuela o de su madre, debajo de la silla o tras las cortinas.
  • La rabia aparecía cuando ella sentía alguna molestia, algo no le gustaba o le faltaba algo. Le permitía sentirse fuerte para decir no o encontrar una solución y también le ayudaba a conseguir sus deseos, a aprender, crecer y  hacerse mayor.
  • La tristeza aparecía lenta, cuando perdía algo que apreciaba, algo que no obtenía o una posibilidad que no se conseguía. Esta emoción le separaba de los demás y le llevaba a estar sola, llorando con su pena, vaciándose y a menudo acababa siendo consolada por su padre o abuela. Esto, le permitía después sentirse fresca. ¿Te has desahogado? le preguntaba su madre. Mucho más tarde sabría que no siempre que lloraba era de pena, también lloraba de rabia.
  • La alegría estaba muy presente, en el juego en la diversión, en la creatividad para inventar cualquier posibilidad y en las carcajadas de todo tipo, amplias y largas, breves risitas, ataques de risa, (uy que me meo!). Le permitía compartir, celebrar cualquier cosa, relacionarse con otras niñas y hacer corro.
  • Con la ternura, me aparece la imagen de una niña abrazando a su mamá, a su muñeca, susurrándole algún secreto o alguna canción de cuna para dormir. No es exactamente mi niña, ésta tenía su amiga del alma, con la que con mucha paciencia y calma, preparaban carreras de caracoles en el jardín de la abuela. Se hacían confidencias, compartían todo, se querían.
  • El erotismo era aquella emoción que me llevaba a agudizar los sentidos en el jardín de mi abuela Lola y de mi abuela Asunción, a meter la nariz entre las dalias, los lirios, las clavellinas, las rosas, los jazmines, los “dompedros”, a aspirar todas las fragancias y a soñar. Junto con las flores, llegaban las golondrinas y vencejos que traían la primavera y, en Alicante enseguida, los vestidos de tirantes, a flor de piel.

 

Donpedrod

 

 

 

Mirabilis jalapa, llamada comúnmente 

dondiego de noche, donpedros, 

periquito, maravilla del Perú 

 

 

 

 

Uy!. Me doy cuenta que he acabado el repertorio con el erotismo, escribiendo, sin proponérmelo, desde  mi piel, en primera persona y reviviendo dulces y sabrosas sensaciones.  Claro, con cada emoción nos podemos convertir en alguien diferente y a la vez si las tenemos todas disponibles, nos completamos. Y es que aunque la función del erotismo como emoción básica de supervivencia sea la reproducción, es también una energía que nos activa el gozo, la belleza  y el deseo y nos induce a conectarnos con el otro. Es la capa más interior, más íntima. Puedes leer lo que escribió Carme Tena, sobre las capas emocionales.

capas emocionales

 

Siguiendo con mi territorio emocional, claro, ahí no acaba todo! Porque la niña va creciendo…

A medida que nos vamos socializando, también nos vamos moldeando emocionalmente. Lo que los adultos más cercanos dicen sobre las emociones y cómo lo dicen, lo que hacen y no hacen, las emociones que son permitidas y las que no, todo ello nos condiciona y forma nuestra estructura emocional.

Quedamos afectados por nuestra historia, cultura y complejo entramado psicológico y empezamos a sentir y a expresar más de una emoción a la vez y a hacer mezclas y combinatorias particulares (emociones mixtas), dejando las emociones básicas en el fondo de nuestro esqueleto emocional.

¿Cómo impactaron entonces los condicionamientos en las emociones de mi niña? ¿A qué moldes se ajustó? ¿Cómo se acomodó?

A medida que iba creciendo, alguno de los primeros impactos (me salen emparejados):

  • La alegría y el erotismo, seguían libres, afinadas, apareciendo limpias y cumpliendo sus funciones. Más tarde vendrían otras complejidades.
  • El miedo, producto del sobrecontrol familiar iba ocupando más y más espacio y tiempo, quitándole algunas parcelas a la ternura, que se resentía y empezaría a echar de menos muy pronto, una tensión corporal más relajada.
  • La rabia y la tristeza, empezaron a tener una íntima relación que algunas mujeres de mi época conocemos bien. Cuando sentía una, aparecía la otra y al revés. La rabia sin embargo, aparecía nítida en la búsqueda, en la aventura, en el aprendizaje de crecer y en cierta rebeldía, no tanto a la hora de defenderme, reclamar o poner límites. Ante algunas imposiciones, la rabia en tanto que no expresada, cedía su paso a la tristeza.

¿Cómo es de particular el patio emocional de tu casa?

Si quieres explorar cómo ha impactado la socialización emocional en tu niñ@?

Puedes empezar preguntándote:

  • ¿Qué te decían, qué escuchabas a los adultos con los que te relacionabas?
  • ¿Cómo actuaban ellos ante las diferentes emociones?
  • ¿Qué emociones eran permitidas y cuáles no en tu familia, en tu escuela, en dónde vivías…?
  • ¿Qué emociones se vivían en el entorno social, geográfico, cultural o la época en que te has criado?
  • ¿Has vivido algún condicionamiento especial a nivel físico, social o familiar?

Explora entonces, cómo todo ello ha impactado en tu repertorio emocional, obligando tu niñ@ a hacer malabares emocionales.

  • ¿Qué emociones has expresado y cuales has enviado al baúl de los recuerdos?
  • ¿Cuáles sobredimensionado o minimizado?
  • ¿Cuáles conservas intactas o cultivadas?
  • ¿Hay alguna que expreses en lugar de otra?

Sigue encontrando tu forma particular de relación. Y encantada de leerte o acompañarte si lo deseas!.

Desde el año 2012, junto con Carme Tena, creamos el proyecto Alba Emoting BCN y venimos ofreciendo procesos de Aprendizaje Emocional donde nos sumergimos en lo más genuino de nuestras propias emociones. Y lo hacemos desde nuestra experiencia como psicólogas- coaches y de la mano de los patrones efectores respiratorios y posturo-faciales que nos aporta en método Alba EmotingTM.

Algunos de los regalos que me ha traído este proceso personal son identificar mis líos emocionales; comprender el tejido de mis heridas emocionales; deshacer entuertos; discernir los componentes de mis respuestas; reconectarme con mi origen biológico-emocional. Recuperar cuerpo, músculo y tejido emocional y sobre todo, rescatar la función original y la belleza de cada una de las emociones.

Desde ahí,  muy agradecida y volviendo a la frase inicial de Saint- Exupéry, siento que mi niña está cada vez más orgullosa de mí y yo de ella.

Elena Iborra

albaemotingbcn@gmail.com


Puedes ver todas las propuestas de Talleres de Aprendizaje Emocional que ofrecemos desde Alba Emoting BCN clicando aquí

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